miércoles, 7 de mayo de 2008

Elisée Reclus / Eliseo Reclús / Un gran divulgador


Eliseo Reclús ( Wikipedia )

Por mi afición a todo lo relacionado con el agua, compré un libro de Eliseo Reclús: El arroyo. Ya había visto algunos libros, sobre todo divulgativos, de este autor y este me gustó. Estaba encuadernado con un sencillo, pero elegante, lomo de piel, título dorado y guardas de imprenta de antes de la guerra. Lo editaba la imprenta de EL PUEBLO, aunque en el pie es F. Sempere y Cía, Valencia. No tiene fecha pero debe ser de la década de los 20. Tiene un anagrama : " Arte y Libertad", con una alegórica efigie femenina, y me produce una extraña sensación el contemplarlo. Quizás la influencia simbolista, la art-decó o la relación con los anarquistas exalte en mi sentimientos utópicos...


La orientación política de Eliseo y de la editorial, me parece intranscendentes, tan sólo hablo del contenido abstracto del libro.

Divulgar la ciencia al final de XIX y comienzo del XX en España tenía tintes utópicos. La revolución industrial nos llegó con retraso y sin materias primas; no teníamos carbón, ni ingenieros, y tampoco tecnología; y lo que es peor: la población vivía en los pueblos sin educación y sin posibilidad de obtenerla. Las ciudades cambiaron las sociedades económicas del XVIII por los Ateneos, pero la mayoría de la población era analfabeta. Algunas mentes preclaras como José de Echegaray se empeñaron en divulgar la Ciencia. A los 83 años escribía: " No puedo morirme, porque si he de escribir...,necesito por lo menos 25 años". 

Los divulgadores españoles son bastante escasos, salvo honrosas excepciones: José Comas Sola en la Astronomía, el Jesuita Ignacio Puig director de la revista Ibérica, y otros, pero faltaban DIVULGADORES genéricos: geógrafos, naturalistas, personas que escribieran para el común de los mortales, no para científicos.

Algunas editoriales españolas como Montaner de Barcelona buscaron en tierras galas los divulgadores que aquí no existían: Amadeo Guillemín, Eliseo Reclús, Camilo Flammarion, que con sus obras enciclopédicas plagadas de mapas, dibujos, croquis y todo tipo de información abrieron las mentes y los corazones de multitud de personas ávidas de conocimientos. Cuando lees libros de cualquiera de estos autores el corazón se exalta; su humanidad, proximidad y sentido común es algo palpable. Aún hoy, todo lo que dicen es completamente vigente. 

Este libro que cito, hace años que lo releo a trozos y me emociona ( sin mariconadas ). El otro día leí un trozo que me llamo la atención:" ...No todos, sin embargo, saben gozar de la belleza de las aguas corrientes. El desgraciado que se pasea por holgazanería y para " matar el tiempo", que no sabe en qué emplear, ve en todas partes objetos que le aburren, hasta en las cascadas, en los remolinos, en las hierbas ondulantes del fondo y en los torbellinos del espuma.
Para saborear todo cuanto ofrece de delicioso un paseo por la orilla del arroyo, es preciso que el derecho de la pereza haya sido vencido con el trabajo y que el espíritu cansado tenga necesidad de adquirir nuevo aliento contemplando la naturaleza. El trabajo es indispensable para quien desea gozar del reposo, lo mismo que el recreo cotidiano es necesario al obrero para renovar sus fuerzas. No habrá tranquilidad en el mundo , ni equilibrio estable en la sociedad, mientras los hombres, condenados en número infinito a la miseria, no tengan todos, después de la diaria tarea, un momento de descanso para regenerar el vigor y mantenerse así con la dignidad de seres libres y pensantes. " ( pág. 125-126 ).


Imagen del libro la atmosfera de Flammarion.( Wikipedia )



Cuando leí un comentario de Felipe y me preguntó de donde sacaba el tiempo, le di como respuesta un refrán español, y era cierta: si escribo en el blog no hago otra cosa, pero como me gusta...No veo la televisión, entre otras cosas porque no tengo, y ese tiempo y otros, lo utilizo o lo pierdo en otras cosas. Porque como decía Eliseo, el obrero también necesita de ese descanso y hacer lo que quiera. Tengo unos Amigos que tras años de sacrificio y de satisfacciones han críado a dos hijas y ahora se han encontrado en casa como dos novios; juntos y sin las obligaciones diarias que conllevan los hijos. ¿Y qué han hecho ?. Pues vivir y disfrutar de los amigos y de todo aquello que no han podido hacer estos años.


Todos, en un momento de la vida, descubrimos que es efímera ( no me voy a poner transcendental !), unos por enfermedades, otros por separaciones, otros por sentido común retardado, pero todos los que tienen la suerte de interpretar las señales a tiempo, llegan a la misma conclusión: sólo se vive una vez y hay que disfrutar. Ese es mi modus vivendi. 


Hoy estaba estudiando y me apetecía hacer un artículo sobre Eliseo. He interrumpido el estudio y aquí estoy disfrutando; haciendo este artículo, un pequeño intento de sacar la cabeza para ver que hay al otro lado....


Reclús, Eliseo. El Arroyo. F. Sempere y Cía., Valencia, s/f, 213p-1h, 8avo. Traducción de A. López Rodrigo.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias y felicidades, Señor Josan.
Gracias por compartir con el resto de los mortales esas vivencias, y felicidades por ese toque de coherencia, humanidad y saber hacer con los que impregna sus escritos.

Josan me fecit dijo...

Muchas gracias. He de decirle que la última parte no la ha podido leer porque he sufrido la ira de blogger y me ha estado t.l.h. un rato. Ahora se ve bien.