sábado, 19 de noviembre de 2011

Londres, un maravilloso conjunto de museos


Hace tiempo que no escribo en este blog –mi blog–. No me faltan ganas de sentarme, como le decía en una contestación retrasada a Enri, para desgranar ideas, comentarios o, simplemente, mostrar imágenes que, creo, pueden ser razonablemente bellas.

Cual colegiala –como las de la imagen–, recorro ávido de nuevas sensaciones y de nuevos rincones los pasillos y salas del museo. Ellas –las colegialas– tienen otras ideas y otras búsquedas y sus uniformes, remangados hasta lugares insospechados, desatan la hilaridad en los asistentes.
Los habitantes de este país y la política de sus museos, nada tienen que ver con nuestros origenes patrios. Todo varía en un breve viaje de avión.


Aquí –hasta las esculturas– aplauden las ideas de sus congéneres. Los museos públicos son gratuitos y, tan sólo, piden nuestra colaboración voluntaria para su mantenimiento. Sordas solicitudes para según que oidos.


Un tiro –o más– se pegarían muchos antes de darle una pequeña dádiva a "los museos". Es otra forma de ver la vida, otra forma de entender la cultura y de mostrarla. Algunos "discursos" museisticos locales harían sonrojarse a muchos en nuestro "país".


Pero en el Tate Britain hasta los gatos son más moderados y simpáticos que en casa, es lo que tiene la flema inglesa.

En este museo pude olvidar la manida frase: "en Londres se come mal". Y aprovechando los servicios de restaurante, disfrutamos de un satisfactorio, nutritivo y saludable "lunch". De toda nuestra estancia el mejor y de precio más razonable.

Hay que buscar, como en todo, pero contando la interesante paridad euro-libra, los precios no eran demasiado onerosos.



El V&A [Victoria & Albert] museum no estaba en mi lista. Su ubicación junto a los museos de la ciencia y de historia natural me hizo incluirlo, con la ingenua idea de visitarlos todos...

Hacía tiempo que no tenía tanto tiempo la boca abierta. La visita se alargó toda la mañana y cerraron hasta el restaurante del museo. Suerte que los ingleses no llevan el horario francés...y pudimos comer en un restaurante italiano, en la terraza, aprovechando las infernales temperaturas locales -más de veinte grados-.

La colección, y la ubicación, del museo es soberbia. No se debe explicar, hay que acercarse allí y verla. [Tampoco creo que sea razonablemente posible hacer una descripción de su fondos sin que se haga de noche...]


Londres está siempre "en construcción" y son continuos los contrastes entre su sólidos edificios victoriananos, con sus ladrillos decimonónicos, y el acero de sus nuevas construcciones. Pero no se debe, como decía antes, contar, hay que verlo. Recorrer las orillas del Támesis y, junto a él, lentamente dejar que la ciudad pase ante nuestros ojos.