lunes, 29 de noviembre de 2010

La belleza del deporte y de la fuerza -razonablemente- bruta


El rugby por estos lares no tiene demasiado predicamento, pero al otro lado de los Pirineos la cosa cambia. Toulouse es un lugar especialmente importante en ese deporte y su equipo el Stade Toulousain desata pasiones y fiebres similares que el fútbol en este "país", pero con unos matices importantes.


Los partidos de rugby tienen dos tiempos y un tercero "extraoficial" en el que los dos equipos se van a tomar unas cervezas y ponerse zorros juntos. Si un jugador, de cualquiera de los dos equipos, se pasa en una entrada le pitan los asistentes para amonestarle. El arbitro tiene la última palabra y nadie -pero nadie- le discute ninguna decisión, aunque están un poco más modernizados que en el fútbol y en caso de duda tienen el vídeo...Con eso, creo, está todo dicho.


La verdad es que es un deporte rudo, pero extremadamente agradable a la vista. Me gusta especialmente cuando saltan los dos equipos para coger la pelota en un "line out" o saque de banda.


Saqué estas imagenes en el partido celebrado en Toulouse entre el Stade Toulousain y el USAP de Perpignan -mi segundo partido en directo-. Se aprecian los colores de los seguidores del USAP...
Lo más impresionante de los partidos es el ruido que producen los cuerpos al chocar cuando impactan en una melé. Se forman las dos partes, separadas por un metro, y a la orden impactan -aún me duele pensarlo-. En este partido al haber mucha gente el ruido no te deja escucharlo, pero en el primer partido que vi en Lannemezan sobrecogía el ruido de los cuerpos chocando...
Las chicas eran de verdad, pues al rugby va todo el mundo, no hay follones y los seguidores están juntos en la entrada y tan felices,...como en España...