domingo, 28 de agosto de 2011

Luarca, el lugar donde los muertos descansan con la mejor vista del pueblo.


Suena irreverente -y probablemente lo sea- pero los muertos de Luarca tienen una vista antológica. Unos amables vecinos nos dijeron que un literato local había dedicado unos versos a dicho cementerio por su excepcional vista -no me extraña-. Allí descansa un Luarqués excepcional: Severo Ochoa y su mujer Carmen.


La mirada perpleja del querubín/angelito sorprendido domina desde lo alto del cementerio en unos nichos excavados bajo la carretera superior. Los grandes panteones de indianos sembrados por el verde central sorprenden por su majestuosidad. Bajamos por unas escaleras y a nuestra derecha podemos llegar al faro y disfrutar de una aérea vista.


Es 15 de agosto y el fervor por la virgen está desatado, los habitantes subidos a sus embarcaciones salen, escoltados por la impresionante embarcación de la Guardia Civil, a alta mar como procesión homenaje a los fallecidos en la mar.


Luarca es un bello pueblo marinero. Recogidos los barcos en su redondo puerto, coloristas, celebran sus fiestas, al son de Mariachis, musica tecno y plegarias por la virgen -país...-.


Nosotros, en lo alto, disfrutamos de la estética y caótica procesión. Las calles están abarrotadas de gente y el querubín sigue impertérrito -son muchos años de rodaje-. A su lado unos antiguos nichos están amenazados de desahucio -la belleza de sus lápidas y mármoles no es garantía de nada en este país-...las plazas de estancia en este bello cementerio están muy solicitadas...


Unas imágenes de este cementerio del blog orienteeterno.

viernes, 5 de agosto de 2011

Todo respira vida y fuerza...[Segovia]


"Todo respira vida y fuerza. Las cosas se ven claras; el aire es vivo y cálido"

Estas sentidas palabras escribía Azorín sobre Segovia -o por lo menos eso ponía en un cartelito-. A mí, sin llegar a semejantes vehemencias, me pareció una ciudad muy interesante y bella. No me la imaginaba así, tan rodeada de ríos y valles -que cosa es la ignorancia-. Me recordó poderosamente a Cuenca e incluso Toledo.


La Granja, Valsain y Segovia fueron nuestro destino. Era puente en Madrid -nos enteramos tarde- y, pese a los supuestos mogollones, nos pareció un lugar encantador. Este verano -que supuestamente los "meterorólogos" habían vaticinado como el más caluroso entre los que más...- propició unas temperaturas muy agradables y entre los árboles del jardín de la Granja estuvimos revoloteando cuales ardillas. Allí la gente se casaba con fracs y coches de época,... ¿quién dijo crisis?...


El turismo por nuestro suelo patrio siempre ha sido más practicado y apreciado por nuestros vecinos que por los propios habitantes. Sólo los apretones que está provocando esta puta crisis han planteado la posibilidad -por aquello de salvaguardar la economía- de que algunos cambien sus destinos por España.


Es curioso que todos -y me incluyo- siempre pensamos en conocer el extranjero, sin conocer lo de casa -y cuando digo conocer me refiero a valorar y disfrutar-.

[En este p.... país -como siempre- valoramos infinitamente lo ajeno y despreciamos lo propio. P... ombligos...P... miseria patria...]

A la subida hacia casa -un finde da lo que da-, como curiosos voyeurs miramos por los agujeros que los rincones de Castilla nos deparaban. Allí, entre restos de romanos, judíos, musulmanes y cristianos, buceamos entre nuestra historia -mejor no menealla- y nuestros convecinos.


Recorrer España requiere de nuestra curiosidad y esfuerzo por buscar los rincones adecuados, sentarnos y disfrutar -como seguro hicieron nuestros antepasados- liando un buen pitillo de caldo -es un decir- y viendo pasar el tiempo y las nubes.

Nuestra ignorancia patria -mi ignorancia- llega hasta nuestra propia comunidad autónoma -como no- y allí intentamos solucionarla visitando Sádaba. [Era una "pequeña" vuelta pero la oportunidad se prestaba.]

Curioso y variopinto lugar donde hay muchas cosas que ver. Tenía un especial interés por visitar el mausoleo de Los Atilios y me gustó muchísimo -como vaticinaba que sería- y me dejó con ganas de volver para ver los restos de acequias, azudes y balsas de los romanos.

La vida es como una película que pasa por la mirada de este "fotógrafo" y de otros -como el abuelo de Segovia de la fotografía-, impregnándose con las sensaciones que nuestro objetivo y nuestros sentidos perciben; olores y sabores que perduran en nuestra memoria como el mejor de los álbumes...incluso cuando viajamos por España...