viernes, 5 de agosto de 2011

Todo respira vida y fuerza...[Segovia]


"Todo respira vida y fuerza. Las cosas se ven claras; el aire es vivo y cálido"

Estas sentidas palabras escribía Azorín sobre Segovia -o por lo menos eso ponía en un cartelito-. A mí, sin llegar a semejantes vehemencias, me pareció una ciudad muy interesante y bella. No me la imaginaba así, tan rodeada de ríos y valles -que cosa es la ignorancia-. Me recordó poderosamente a Cuenca e incluso Toledo.


La Granja, Valsain y Segovia fueron nuestro destino. Era puente en Madrid -nos enteramos tarde- y, pese a los supuestos mogollones, nos pareció un lugar encantador. Este verano -que supuestamente los "meterorólogos" habían vaticinado como el más caluroso entre los que más...- propició unas temperaturas muy agradables y entre los árboles del jardín de la Granja estuvimos revoloteando cuales ardillas. Allí la gente se casaba con fracs y coches de época,... ¿quién dijo crisis?...


El turismo por nuestro suelo patrio siempre ha sido más practicado y apreciado por nuestros vecinos que por los propios habitantes. Sólo los apretones que está provocando esta puta crisis han planteado la posibilidad -por aquello de salvaguardar la economía- de que algunos cambien sus destinos por España.


Es curioso que todos -y me incluyo- siempre pensamos en conocer el extranjero, sin conocer lo de casa -y cuando digo conocer me refiero a valorar y disfrutar-.

[En este p.... país -como siempre- valoramos infinitamente lo ajeno y despreciamos lo propio. P... ombligos...P... miseria patria...]

A la subida hacia casa -un finde da lo que da-, como curiosos voyeurs miramos por los agujeros que los rincones de Castilla nos deparaban. Allí, entre restos de romanos, judíos, musulmanes y cristianos, buceamos entre nuestra historia -mejor no menealla- y nuestros convecinos.


Recorrer España requiere de nuestra curiosidad y esfuerzo por buscar los rincones adecuados, sentarnos y disfrutar -como seguro hicieron nuestros antepasados- liando un buen pitillo de caldo -es un decir- y viendo pasar el tiempo y las nubes.

Nuestra ignorancia patria -mi ignorancia- llega hasta nuestra propia comunidad autónoma -como no- y allí intentamos solucionarla visitando Sádaba. [Era una "pequeña" vuelta pero la oportunidad se prestaba.]

Curioso y variopinto lugar donde hay muchas cosas que ver. Tenía un especial interés por visitar el mausoleo de Los Atilios y me gustó muchísimo -como vaticinaba que sería- y me dejó con ganas de volver para ver los restos de acequias, azudes y balsas de los romanos.

La vida es como una película que pasa por la mirada de este "fotógrafo" y de otros -como el abuelo de Segovia de la fotografía-, impregnándose con las sensaciones que nuestro objetivo y nuestros sentidos perciben; olores y sabores que perduran en nuestra memoria como el mejor de los álbumes...incluso cuando viajamos por España...

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