domingo, 24 de agosto de 2008

Robiñera, el tres mil capicua.


El valle de Chisagués es un valle bonito y relativamente tranquilo. Podría serlo más sino tuviera tresmiles y los coleccionistas de los mismos no los quisieran poner en su tarjeta.

Ya subí hace tiempo a la Munia - uno de sus tresmiles - y su vista del circo francés de
Troumouse me encantó, aunque la tormenta que nos pilló la noche anterior prefiero olvidarla.


Deiviz me propuso subir a
Robiñera; 3003 m. de altitud. Curiosa altura y además capicúa - pensé - . Unos como Cotiella no llegan y otros por los pelos. La proposición me pareció bien hasta que me dijo a la hora que quería quedar: Las cinco.

J - ¿ Qué pasa, te has vuelto loco así de repente ?.
D - No tío, a la montaña hay que ir pronto y madrugar. Vamos a un tres mil.
J - Me jode darle la razón, pero hay que quejarse -. Vale, ¿ pero las carreteras estarán puestas ?.
Al final fuimos al chino a cenar, botella de rosado Alquezar... y se nos hicieron las tantas.
J - Como coño nos vamos a levantar a las cinco, ¿ quedamos a las seis ?.
D - No, a las cinco y media.
J - Bueno...

Salimos del Villorrio a las cinco y media religiosamente; caras de sueño, el celebro sin conectar, los ojos cerrados; vamos un cuadro. La carretera estaba puesta, pero no había ni caracoles; un jabalí solitario nos despertó un poco. Llegamos al final de la pista y no había salido nadie - no me extraña - .


La reseña del libro de Deivid decía que la subida costaba tres horas cuarenta y cinco minutos, a mí me parecía demasiado para mil y pico metros de desnivel, pero nunca se puede hablar hasta que no has subido. También decía que era una subida muy desagradable por las pedrizas. Ya veremos dijo un ciego...


Rellanos, lo que se dice rellanos, no había muchos, subía la senda a todo meter cara arriba y no tenía ninguna consideración con nosotros, pobres desgraciados, casi sin dormir. Entre bostezo e idem llegamos al punto crítico de la excursión: el desvio al pico. La senda es evidente hasta que en una canal hay un desvio a la derecha, en una pedriza, y no sabíamos si se vería. Algún cachondo ha hecho dos montículos de piedra a modo de puerta que no tienen perdida. De momento la cosa era dura, pero no demasiado desagradable.


Los sarrios estaban comiendo la poca hierba que permite semejante pedregal infecto.
El otro día me enteré que tienen una enfermedad - un hongo - incurable que los deja ciegos y obliga a sacrificarlos. Además este hongo es posible cogerlo los humanos y se pasa por el agua. Osea que al loro con lo que bebes...


La cosa seguía empinada pero lo único desagradable era mi aliento, sin desayunar, solo mariconadas y dormido. Seguíamos por las múltiples lazadas de la ladera, muy empinada y peligrosa en caso de nieve o de caída, porque es como un trampolín sin tope.


Las nubes estaban cubriendo todo el valle de Barrosa y no se veía nada, hacía una temperatura baja y aún llevabamos todo el equipamiento de la salida. Bufaban las nubes por las laderas, y no dejaban ver todo lo bonito de los valles anexos: La norte del Perdido, los Esparrets, el valle de Barrosa, La Munia ...

Una pequeña trepada y llegamos a la supuesta cima. Las nubes se aclaraban de vez en cuando, permitiendo la vista de los lagos de la Munia y de poco más. A lo lejos se intuían otras peñas y roquedos. Yo que había leído algo de otra cima cercana en un artículo de internet, fui a ver que había al otro lado de los montículos de piedra, y de pronto entre la bruma vi algo:


J - Tronco,... la cima está más allá.
D- ( voz en off ) Este Josan está fumao, que coño cima ni puñetas al otro lado, no se ve ni para escupir...
D- Allí no hay nada...
J - Te juro por Snoopy que he visto un montón de piedras más alto que esta punta.
D - !!! Qué coño vas a ver !!!. Además este portillo esta ful de todo. Vaya mierda de roca...
J - ( voz en off ) A mí me importa x subir como no, para otro día... El día que hagamos la senda de las Pardas.
J - Vale tronco...

Las rocas de este pico son muy fotogénicas y llenas de color. Merece la pena pararse de vez en cuando y hacerles alguna foto porque pueden salir imágenes muy coloristas.


A mitad de camino nos encontramos a una pareja de fulano-fulana, en pantalón corto, carne de pollo - vaya equipamiento tresmilero me llevan, pensamos - y les preguntamos por la cima; eso que habéis visto era la cima de verdad - nos dijeron - , lo otro es la antecima...
Como llevaba yo la reseña - sin saberlo - no me puedo quejar, aunque tampoco pensaba hacerlo.




Recogimos los cacharros, era pronto, y nos fuimos a los hermanos Vidaller de Parzán a comer. Nos costó subir dos horas y media. Bajar ni idea.

Las fotografías que han salido no me gustan. Tuve un pequeño problemilla con los ajustes de mi cámara y no hubo demasiado feeling entre los dos. Es lo que tienen los experimentos...


También había terneritas-os paseando por el valle...

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