miércoles, 6 de agosto de 2008

Las doce cascadas de Liri, Huesca


El barranquismo nunca me ha llamado mucho la atención. No soy hombre demasiado acuático, aunque la vida me ha cambiado un poco los gustos, y al final acabé conato de piraguista y conato de barranquista. Ya lo dice la paremiología popular: “ No digas de esta agua no beberé, o este cura no es mí padre “.

Con los compas-amigos de la empresa hace varios años comenzamos a hacer barrancos después de trabajar y formamos “ el grupo de barrancos de la tarde “. No hicimos ningún gasto fosfórico para el nombre, pero es bastante ilustrativo de la actividad, ¿ no ?.


Los barrancos en verano son muy interesantes porque te refrescas y estás una tarde sin pasar calor. Aunque según que acercamientos, como el Balcés, a las tres de la tarde, no son muy refrescantes que se diga. Pero así coges el agua con más ímpetu.

Este año con las lluvias y la apatía primaveroveraniega no habíamos comenzado la campaña. Otros años hicimos alguno hasta invernal, pero este año no hemos pegado ni un sello.

Elegimos ayer para comenzar la campaña, el día más caluroso del año y ala a hacer el capullo a un barranco los tres pipiolos: Sebas, Juaqui, y el frap que escribe. Pasamos por El Grado a 35 grados, luego 36 y tomando café en Seira 35 otra vez. Buena temperatura.

La carreretera del Solano, por llamarla de alguna manera, está hecha una mierda; Trozos en obras sin señalizar, trozos llenos de agujeros, y todo ello aderezado de ávidos conductores deseosos de llegar los primeros. Por fin llegamos a las doce cascadas de Liri o Barranco Gordo. Es mejor no mirarse al otro lado del barranco porque parece una cantera. Para coger la primera cascada han hecho un camino, es la evolución, primero había una senda, pues vamos a arreglarlo...Yo les arreglaba la cabeza, pero con una maceta.

Es un barranco de los recomendables para poner en la lista para repetir todos los años porque es muy agradecido. El único defecto que tiene, a mí opinión, es necesitar dos coches. Para los grupos de tres personas es una putada porque hay uno que va solo.

Tiene una roca roja muy llamativa, en algunos trozos, y los rápeles son bastante diferentes y con formas curiosas. Hay que tener cuidado con el verdete porque resbala un poco. La vegetación lateral es interesante, como en casi todos los barrancos de montaña, aunque no llega a la frondosidad de la Aigueta de Barbaruens. Algunos musgos llorones rezuman agua y dan un ambiente refrescante.


Hace unos años lo hicimos con bastante agua y nos tuvimos que apretar los tornillos un poco. Las cascadas bajaban imponentes y se notaba la fuerza del agua. Algunos rápeles los tuvimos que hacer en las ubicaciones de caudal porque en las normales estaban delicadillos. Lo que más me impresiona en estos casos es el ruido ensordecedor que se monta en las pozas. Da un ambiente interesante, aunque prefiero caudales moderados, frios, pero moderados.

Ayer el caudal que bajaba no era muy alto, y el agua estaba pelín caliente. Nos ibamos esperando en las pozas a remojo como las olivas y yo no me terminé de poner ni el peto. De vez en cuando nos venían unas vaporadas de aire caliente… Luego se montó un conato de tormenta, pero nos fuimos antes del final. En la tierra plana cayeron cuatro gotas.

Las fotos son de Juaqui.

A ver si podemos hacer alguno más antes de que termine la campaña...

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