Los boletus y los paseos por el bosque

El año pasado tuve un otoño entretenido y no pude salir a coger setas. Las circunstancias me invitaron a hacer otras cosas y las hice. El tiempo que tenemos los humanos es finito y hay que repartirlo como viene.

Este año, como hice el año pasado en verano, me subí a buscar rusiñols ( Cantharellus cibarius ) y cogí unos pocos. Me gusta más el paseo y el placer de sentirme en libertad en el bosque, que las setas que cojo. Hace años, la primera vez que cogí, llegué a casa todo emocionado para hacer un revuelto y, la verdad, no me emocionó el sabor. Lo que si me gusta es su textura y su olor cuando están en su punto; huelen a albaricoque. En arroz me gusta más y creo que aprovechas el sabor y el color. Ayer salió un risotto bastante potable. Lástima que no les hice ninguna fotografía, otro día los pongo.



Este año he vuelto, el bosque estaba sorprendentemente seco, y he cogido algunos rusiñols, un poco secos, y - sorpresa -...unos ceps. El año pasado no los caté, pero este año...si !!!. Ahora tengo unos pocos, cortados a láminas, con pimientos del padrón y un poco de sal gorda para aperitivo de la cena. Se me está haciendo la boca agua...

Pasear por el bosque humedo, con la bruma, los barrancos llenos de agua, el musgo mojado,... es un placer. A veces te toca mojarte, a mí me toca una vez de cada tres, pero como llevo ropa para tirar, me cambio y a correr. En este pinar, de todas maneras, cuando llueve se dedica, es como ducharse pero sin grifo...

Resulta muy agradable encontrar ceps. Las primeras veces te sorprendes por lo grandes que son, más tarde, al verlos cucados, te cabreas por haber llegado tarde en la florada. En cualquier caso, la verdad, es la reina de las setas.



Luego, una vez en casa, a la sartén vuelta y vuelta, uhm !!!, que ricos !!!. Me han entrado ganas de volver...