domingo, 20 de septiembre de 2009

La Bretaña ( I )


Que en Normandía y la Bretaña se está de coña en verano no es ninguna novedad. Los que tenemos el termostato pelín descojonado y en verano lo pasamos fatal, allí podemos estar de p.m. a cualquier hora del día, se nos rebaja levemente nuestra mala hostia, ¡ y tan felices !.

Como ya dije alguna vez, espero jubilarme, y también espero hacerlo en algún lugar que en verano pueda estar como una persona, sin sudar como un cerdito, pueda trabajar - en el caso de que me queden ganas -, etc...

La Bretaña es un poco más turística que La Normandía, hay más barquitos, se come igualmente de coña, puede que incluso más barato, y ahora con la rebaja del iva en los restaurantes galos, la diferencia - si no bebieramos vino - sería muy pequeña e incluso ventajosa para nuestra economía.

Hay multitud pueblecitos que recorrimos - gracias a la inestimable ayuda de pullmantur - y conservan todo el encanto del medievo, las aldeas galas, el ambiente pescador, y un aroma a mar que tira para atrás a cualquiera. Vamos para no volver a este p.p.

Auray, el pueblo que aparece en la panorámica, es un buen ejemplo de lo que estoy dicendo y el silencio que se respira permite pasear por sus calles y murallas con tranquilidad.


Vannes era nuestra ciudad de referencia y allí fuimos a buscar a Domi, que venía a pasar un finde con nosotros. El TGV en el que vino era un pedazo de tren descomunal, mucho más alto que el AVE, y con parada en Vannes que es un pueblo relativamente pequeño - como en España -. El TGV es más viejo que el AVE pero tiene una planta que impone.


Vannes es una ciudad con muchos servicios - de un tamaño parecido a Huesca -, músicos ambulantes, unos edificios interesantes con las estructuras de madera - maisons á colombages -, y también un pequeño jardín junto a las murallas que merece la pena recorrer y disfrutar de sus flores y su paz. En su escudo aparece un armiño blanco, y la historia-leyenda, de porque aparece allí, es muy curiosa La bandera de Bretaña está llena de armiños, pero sólo sus pieles...


En medio de la ciudad hacen un mercado con todo tipo de mercancias, y mogollón de peña. Me gustaron mucho los puestos de flores, le dan un colorido muy alegre a todo.

Morbihan es el nombre del departamento donde estábamos, es un golfo lleno de islitas, rías y multitud de criaderos de ostras. Fer buscó una casa en el canto de una ría, junto a la balsa de un molino de marea - de eso nos enteramos más tarde -, en un lugar increible, en medio de los menhires, las piedras y junto a un pueblecito muy agradable, Trinité-sur-mer, donde cenabamos y paseabamos junto al puerto deportivo.

Allí tienen una afición a la navegación increible y está todo lleno de puertos deportivos y grandes catamaranes con sus palos de fibra de carbono. En Trinité había varios de unas dimensiones muy exageradas, al final del puerto, que se veían desde todos los lugares.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tal como lo relata, estoy seguro que algún día haré esta visita. La verdad es que tal como lo relata, el deseo de conocer esa zona es irrefrenable. Suerte tiene Vd. de ser tan bien aconsejado y guiado.

Josan me fecit dijo...

Jooooooooo, no es para tanto. Tan sólo he puesto un breve resumen de los primeros días, déjeme explayar mis sentimientos y mis historias.

Me alegro que piense en viajar a aquellas tierras, merece la pena el viaje, yo también volveré a dar cuenta de alguna ostra más...

Es cierto que Fer, Alias Pullmantur, tiene la culpa de tan interesantes visitas. Nosotros, el resto de los viajeros, hubiéramos sido mucho menos intensos. También hay que decir que lo hemos tranquilizado un poco porque nos machacaba antes en los viajes; ahora aquí, ahora allá, corriendo todo el puto día. Nosotros, en un acto de divulgación, le hemos inculcado nuestro amor por las vistas desde los bares, acto básico de todo buen viajero, que dada su cultura clásica desconocía.

Caminante dijo...

Ayer... -recemos a ver lo que pasa hoy- te leí y comenté, "problemas técnicos" atribuibles a mi ordenador ¡supongo! hicieron que mi texto, magnífico texto, "desapareciera" sin dejar rastro alguno... al menos yo no supe seguirle.
Decía -más menos- que Bretaña y sus casas con entramado de madera me recordaban a Carcasona -fui una vez-.
Más, que me alegraba -sigo haciéndolo- de volver a verte. Pasé en alguna ocasión -por aquí- y parecía que te habías quedado "aislado" en La Palma.
Besos. PAQUITA

Josan me fecit dijo...

Todavía no he iniciado el curso 2009 y ya estoy motorizado en varios asuntos. El verano terminó y comienza la actividad, pero de que manera...

Espero retomar el ritmo habitual en breve. De momento voy a soltar un poco de bilis retenida ahora...