jueves, 9 de septiembre de 2010

Como el correr por una ciudad desconocida - pedestremente hablando - ayuda a iluminar nuestras mentes caducas...





Como dirían los del Jueves; "teníamos x títulos, pero no nos ha salido de los "cojones" poner otro y hemos puesto este bodrio".

Cuando he salido del garito donde he cenado tenía un título aparente, o más o menos civilizado, pero ahora - putas neuronas - se me ha evaporado.



Evocando la imaginación patria podría hacer como el jueves. Teníamos x^1999 títulos, pero hemos elegido este. Los otros los pongo ahora; " El verdejo y sus influencias en la sociedad, la economía hispana y su influencia en la España de Felipe II - y su puta madre-" o aquel; " Como Henry Miller, las putas, el absenta y demás hierbas cambiaron mi vida y mi hígado", o más íntimo: "Como el cenar solo puede cambiar tu vida, tus pensamientos y tu cartera..."

Ahora tras una cena en un japonés - muy recomendable - y un montón de imágenes y recuerdos asimilados en mi triste neurona, recapacito sobre la profundidad de los pensamientos humanos y demás miserias.



Viajar solo tiene muchos incovenientes - siempre lo digo -, pero también tiene algunas ventajas; no discutes con tus compañeros de viaje, no hay dudas en tus itinerarios,...Pero como contrapartida, a la hora de las comidas, estás sólo en la mesa y tus vecinos son objeto de un análisis intenso - no tienes otra puta faena - y su observación es extremadamente curiosa.

Hoy después de una fritura de cocochas con verduritas y tempura y otras frugalidades, he estado asimilando la frescura del Verdejo - curiosidades de los restaurantes japoneses - y analizando los vecinos. En un momento dado ha llegado una pareja y el fulano, nada más entrar, ha solicitado a la camarera que le trajera - en mis palabras - lo que le diera o le saliera del moño. La camarera ha puesto cara de haba - parece que es generalizado - y le ha recomendado algunas especialidades. Al marchar esta el fulano en cuestión le ha apretado a su partenaire un cursillo intenso de como coger los palillos, y no morir en el intento, digno de la Real academia de Japón.

En ese momento se me ha conectado el radar y he estado pensando en los nervios del fulano - aparente single - y su relación con la persona a la que había traído a probar nuevos horizontes y experiencias...Espero, efusivamente, que este señor haya triunfado y no tenga los nervios a flor de piel.



Hoy tocaba correr y nunca lo había hecho en BCN. He planteado un recorrido aparentemente clásico, no quedaba otra solución, buscando la tranquilidad de parques como el de la Ciudadela. Me encanta el gótico y las construcciones de ladrillo de Barcelona. Lástima que tiraran, a tomar por culo, la ciudadela. Nos quedan las construcciones góticas - que maravilla - y lugares apasionantes como la Biblioteca de Cataluña y su soberbia ubicación.

A estas horas - joder como corre el peluco - no me queda tiempo de narrar como los postres japoneses - no los conocía - han abierto un hueco en mi estómago. Un recubrimiento de pasta de arroz y, en el interior, un helado de te verde, recubierto de una sutil capa de azúcar glass...increible...pongame otro...[ regado con un verdejo 2009, el perro verde, delicioso...].

Espero no haber despertado vuestros estómagos, pero si vuestras conciencias...

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