jueves, 1 de enero de 2009

El 2009, otro año más, uno menos para la jubilación...

(Artículo levemente corregido el día 2, con un poco más de luces y de claridad)

Estaba guardando un documento, he acertado con el año, y me he sorprendido a mi mismo, debe ser la excepción que confirma la regla. Acertar al poner la fecha los primeros días de un año es una cosa sorprendente. Nuestra memoria, comodona, sigue utilizando las viejas fechas. 


Las entradas de año, sus números y los problemas informáticos:

A principio del siglo XX en los documentos no ponían el 1 al año, sólamente las tres últimas cifras, por ejemplo: 902, para 1902, y algunos más vagos todavía, sólo 02. Así escribían menos...



Años después, los que ahorraron - o algunos que utilizaban sus ideas -, al poner fecha a los documentos entrado el siglo XXI, se dieron cuenta de un pequeño detalle: el 2001 y el 1901 abreviados, son iguales: 01, ¿ Y ahora qué ?.

Pues como siempre; la puta comedia.

En la transición del año 1999 al 2000, las máquinas, autómatas, ordenadores, más obsoletas y sin adaptar al "efecto 2000", que por su cometido tenían que calcular la diferencia entre dos fechas, al pasar del 99 al 00, les surgió un pequeño problema. Del 98 a 99 va uno, pero del 99 al 00, van menos 99, osea que les entraba la risa floja. (Todo por ahorrase dos putos bytes).

Los mantenedores de instalaciones con autómatas, algunos de ellos obsoletos, pensaron en como solucionar el problema.

Primera solución: los que tengan máquinas susceptibles de no saber contar, que se queden allí en el cambio de hora. 

Contestación dellos (de los que se tenían que quedar ): ¿ Y si se queda tu puta madre ?.

Visto el éxito, utilizaron el cerebro y propusieron una nueva idea:

Segunda solución: Podemos cambiar la hora poniendo la fecha fatídica, y simulamos el cambio, y así podemos probarlo. ( Bien !!!, tenemos otro Einstein, tu si que sabes...).


Y así probaron las despiertas mentes de mi empresa el cambio de hora. Tiene huevos la cosa.



También los que tenían una base de datos con el formato DDMMAA - y no me miro a nadie - , al cambiar de siglo, las citas modernas se ponían al principio. Total, cambiar, y poner al formato AAAAMMDD, que ese no falla.



Y todo esto a que c. viene. Pues lo de siempre, la falta de onsigeno, el comienzo del nuevo año y nada más.



No contento con el ejercicio mental de antes, he estado pensando escribir algo sobre la forma de datar los documentos antiguos antes del calendario Juliano, que es muy curiosa para los profanos - como yo-, pero me he liado un poco leyendo otras cosas y lo dejo para otro día.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Veo que la falta de onsígeno no era de ir en bici y persiste entrado el año nuevo. No te preocupes, los que te apreciamos no te lo vamos a tener en cuenta.
Ah, no esperes grandes cambios en las mentes de algunos, ya sabes que donde no hay mata no hay patata (aunque pasen los años).
Feliz 2009!

Josan me fecit dijo...

Pues Ana te equivocas, ayer fui también en bici, aunque no creo que a la hora de escribir el post me faltase el onsigeno, más bien me sobraba el alcohol. Cogí la comida demasiado sediento y la verdad es que acabé pelín zorro...
Es lo que tiene el ejercicio, te entra la sed y como la sacies con vino blanco, lo tienes jodido.