Grand Valira, para abreviar, es la hostia. Dicen que es el dominio esquiable más grande de los Pirineos y una vez visto es más que creíble. Los chicos han juntado varias estaciones y el mapa de las pistas es más complicado que la red de metro de Nueva York.
Daniel-in, alias "el pequeño ñu", junto a varios amigos; Desi, Emilia y Vicente, suelen ir una semana a esquiar. Hace años se desplazaban a los Alpes, pero el desplazamiento era un poco pesado. Descubrieron Grand Valira el año pasado con poca nieve y aún así les encantó. Este año han vuelto y les he acompañado. Es increíble que sea más barato estar hospedado en los Alpes, o en Andorra, que en el Pirineo, pero las matemáticas no engañan y esquiar cuatro días en Formigal o Astún más el hospedaje es el doble de precio que en Andorra. Hay que joderse, y encima hospedados en Jaca desplazandose...
Subimos el domingo tranquilamente hasta Soldeu donde estaba nuestro hotel, el Himalaya. Ellos el año pasado estuvieron en el Euroesquí cerca de El Tarter. El hotel está a 50 metros del " huevo " que sube a las pistas y está muy bien. El del año pasado, contaban, tenía hasta piscina climatizada...
Hace años estuve en Soldeu-El Tarter, antes de que se juntaran en este mogollón y me pareció una estación muy grande. Es curiosa porque tiene pistas muy empinadas, pero también poco empinadas y el promedio tira más hacia las suaves. De todas maneras eso es relativo porque si quieres te puedes dar toda la caña que puedas porque hay mogollón de todo.
En Soldeu, y en toda la estación, las instalaciones están todas muy cuidadas, allí la entrada al huevo está cubierta por un edificio todo de madera. El lunes había un pelín de cola pero nos costaría 15 minutos máximo montar.
Cuando vas subiendo impresionan las palas que hay debajo del huevo; empinadas, bastante heladas y con un ambiente severo rodeadas de pinos. Una vez arriba la cosa se relaja, esplanadita, Audis decorando los almacenes de la estación, y mogollón de peña en los diferentes lugares de descanso.
El primer día nos fuimos a lo más lejano, Pas de la Casa y allí desde arriba se veía todo cubierto de un mar de nubes que venía de Francia. Bajamos y nos fuimos metiendo en la nube hasta que llegamos a Pas. Es curioso el pueblecito, la Andorra Francesa, que han hecho para que los franceses no tengan que pasar hasta Les Escaldes. Hay un túnel para pasar el puerto de Envalira, pero aún así hay un trozo hasta que pasas todos los pueblos del valle.
Dani me contaba que en lo alto había unas antenas, no he podido encontrar el uso, al más puro estilo James Bond, y la verdad es que el ambiente en el espolón que separa Pas de Grau Roig, es increíble. Las antenas, rojas y blancas, bastante oxidadas, contrastan con edificios de diseño para atender a los esquiadores y allá abajo las urbanizaciones de Pas de la Casa. Un valle al servicio de las compras y los esquiadores. En lo Alto, en Coll Blanc, una estatua de Francesc Viladomat, empresario promotor de las pistas - entre otras cosas - y campeón - 17 veces - de España, esquís en ristre, saluda a los despreocupados esquiadores.
Los cuatro días han sido un lujo; sol, y poco aire. La nieve, en general, estaba muy bien, y algunos fuera pistas bien, aunque la tónica era algo dura. Al final algunos días un poco de fresco al atardecer, pero en general unas temperaturas primaverales. En dos o tres lugares más soleados la nieve estaba un poco sopa, pero era casi anecdótico. Lo único reprochable: las paradas. En cuatro días de esquí hemos parado dos días a tomar un chato.
Para colmo de la lujuria, una vez desprovistos de los ropajes del gremio, toalla al más puro estilo Gil y a remojarse al jacuzzi, un par de ciclos de burbujas, una ducha y un rato a la sauna. Algún día lo complemente con una pequeña siesta, la carne es débil...
En resumen; un escándalo, esquiar, comer, jacuzzi, sauna, unos gintonics por aquí, unas cañas por allá, hoy me voy a Andorra, hoy me quedo. De no ser algo excepcional, y de presupuesto razonable - 460 euros - parecería que en vez de electricista de 125, soy ejecutivo de alguna empresa constructora.
Para repetir, si me dejan, cualquier otro año.
Daniel-in, alias "el pequeño ñu", junto a varios amigos; Desi, Emilia y Vicente, suelen ir una semana a esquiar. Hace años se desplazaban a los Alpes, pero el desplazamiento era un poco pesado. Descubrieron Grand Valira el año pasado con poca nieve y aún así les encantó. Este año han vuelto y les he acompañado. Es increíble que sea más barato estar hospedado en los Alpes, o en Andorra, que en el Pirineo, pero las matemáticas no engañan y esquiar cuatro días en Formigal o Astún más el hospedaje es el doble de precio que en Andorra. Hay que joderse, y encima hospedados en Jaca desplazandose...
Subimos el domingo tranquilamente hasta Soldeu donde estaba nuestro hotel, el Himalaya. Ellos el año pasado estuvieron en el Euroesquí cerca de El Tarter. El hotel está a 50 metros del " huevo " que sube a las pistas y está muy bien. El del año pasado, contaban, tenía hasta piscina climatizada...
Hace años estuve en Soldeu-El Tarter, antes de que se juntaran en este mogollón y me pareció una estación muy grande. Es curiosa porque tiene pistas muy empinadas, pero también poco empinadas y el promedio tira más hacia las suaves. De todas maneras eso es relativo porque si quieres te puedes dar toda la caña que puedas porque hay mogollón de todo.
En Soldeu, y en toda la estación, las instalaciones están todas muy cuidadas, allí la entrada al huevo está cubierta por un edificio todo de madera. El lunes había un pelín de cola pero nos costaría 15 minutos máximo montar.
Cuando vas subiendo impresionan las palas que hay debajo del huevo; empinadas, bastante heladas y con un ambiente severo rodeadas de pinos. Una vez arriba la cosa se relaja, esplanadita, Audis decorando los almacenes de la estación, y mogollón de peña en los diferentes lugares de descanso.
El primer día nos fuimos a lo más lejano, Pas de la Casa y allí desde arriba se veía todo cubierto de un mar de nubes que venía de Francia. Bajamos y nos fuimos metiendo en la nube hasta que llegamos a Pas. Es curioso el pueblecito, la Andorra Francesa, que han hecho para que los franceses no tengan que pasar hasta Les Escaldes. Hay un túnel para pasar el puerto de Envalira, pero aún así hay un trozo hasta que pasas todos los pueblos del valle.
Dani me contaba que en lo alto había unas antenas, no he podido encontrar el uso, al más puro estilo James Bond, y la verdad es que el ambiente en el espolón que separa Pas de Grau Roig, es increíble. Las antenas, rojas y blancas, bastante oxidadas, contrastan con edificios de diseño para atender a los esquiadores y allá abajo las urbanizaciones de Pas de la Casa. Un valle al servicio de las compras y los esquiadores. En lo Alto, en Coll Blanc, una estatua de Francesc Viladomat, empresario promotor de las pistas - entre otras cosas - y campeón - 17 veces - de España, esquís en ristre, saluda a los despreocupados esquiadores.
Los cuatro días han sido un lujo; sol, y poco aire. La nieve, en general, estaba muy bien, y algunos fuera pistas bien, aunque la tónica era algo dura. Al final algunos días un poco de fresco al atardecer, pero en general unas temperaturas primaverales. En dos o tres lugares más soleados la nieve estaba un poco sopa, pero era casi anecdótico. Lo único reprochable: las paradas. En cuatro días de esquí hemos parado dos días a tomar un chato.
Para colmo de la lujuria, una vez desprovistos de los ropajes del gremio, toalla al más puro estilo Gil y a remojarse al jacuzzi, un par de ciclos de burbujas, una ducha y un rato a la sauna. Algún día lo complemente con una pequeña siesta, la carne es débil...
En resumen; un escándalo, esquiar, comer, jacuzzi, sauna, unos gintonics por aquí, unas cañas por allá, hoy me voy a Andorra, hoy me quedo. De no ser algo excepcional, y de presupuesto razonable - 460 euros - parecería que en vez de electricista de 125, soy ejecutivo de alguna empresa constructora.
Para repetir, si me dejan, cualquier otro año.
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